Ella es gordita y él es delgado, el destino los unió de nuevo después de 11 años, ahora están viviendo juntos, cada uno con una necesidad diferente para su alimentación, ya no sabían que cocinar para no hacer dos menús cada día, hay una condición especial en él, lleva varios años con un dolor persistente después de comer y dolor abdominal en las noches, ella tiene constantemente dolor en las rodillas.
Ella aumenta cada día más de peso, él disminuye cada día su peso, gracias a una conocida, llegan a Valentina, comienzan asesorías en casa; saben que los cambios no son fáciles, pero aceptar que necesitan ayuda fue el primer paso, luego llegó un cambio total en la alimentación, muchas comidas nuevas, dejar otras que no le hacían bien a él, en el camino descubrieron que ella debería comer más y él eliminar los alimentos con gluten pues los síntomas indicaban que era celiaco, un duro comienzo dicen, pero dispuestos a mejorar siguen aprendiendo.
Esa semana sus media mañanas y algos, pasaron a ser lácteos fermentados, nueces, frutas y mucha opciones más que aprenden cada día, sus almuerzos y cenas ahora estaban cargadas de alimentos variados y deliciosos.
La segunda cita con Valentina llegó y se dieron cuenta que tienen el mismo peso cada uno, pero el resto no es igual, ya no hay dolor, hay más energía y ánimos para hacer deporte, menos grasa en ella y más en él, tal y como se buscaba, ya consultan de forma esporádica por alguna duda y la nutri como siempre sigue dispuesta a dar la mejor de las atenciones.
Dicen ellos que no es fácil desaprender a comer, pero aprender a alimentarse es mejor y divertido.
Soy Bernardo Pambelé y esa es la historia de mis humanos, quienes me rescataron en una isla caribeña justo cuando comenzaron a consultar con Valentina.
Pdd: Para mí cumpleaños uno me van a hacer una torta de esas que hacen para él, pues también yo las puedo comer.